Ay, que triste me siento sin ti, pero sé también que debo dejarte respirar, por eso le hablo a tu ausencia, le hablo a tu cuerpo inexistente, me miro en tus ojos, si verte, te recuerdo en la fotografía de ti que llevo grabada en mi mente, y te miro, y te hablo, y te siento, aunque no me contestes.
Y me pregunto, qué me has dado, que sin ti me cuesta vivir?, te pasa a ti lo mismo?, y vuelve a surgir la pregunta que siempre nos hacemos ¿por qué tenemos que estar separados?, ay, vida mía, qué difícil es vivir así. Los ánimos se van al suelo, y vuelvo a vivir y a seguir existiendo, sólo por qué sé que estás ahí en ese espacio infinito que nos separa por ahora. Me trago la angustia, y el dolor que siento, sólo tu sabes como me siento, porque creo que te pasa lo mismo.